“Como si” es el modo de la percepción, esto es, del mundo. Actuamos como si fuéramos sujetos autónomos y como si una versión de lo real, cerrada y coherente, estuviera esperándonos. Sin embargo no encontramos más que indicios y vestigios, sospechas de que algo inaccesible se encuentra detrás de los signos.
La realidad, ajena ya “a la cosa en sí”, se revela como problema y con ella la propia identidad y la memoria.
Intentando desvelar la trama de lo real, el arte a veces nos permite enajenarnos y alcanzar cierta lucidez, y a veces nos enreda en su propio laberinto de signos.
Mientras, movidos por el intento de dar cierta luz al enigma de lo real, quizás a través del arte, nos embarga la nostalgia por el hogar perdido.
